domingo, 28 de julio de 2013

Historias de la kryptonita - Vol. II

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. Los cambios de tiempo están hechos a propósito.
Recuerdo mis días en el ejército (flash) teníamos un sargento que era un capullo, abusaba de su poder y descargaba su odio sobre nosotros. Odiaba a todo el mundo; nosotros sabíamos que era porque llevaba una vida de mierda, su mujer era fea y gorda y no follaba tanto como nos contaba. Siempre estaba tocándonos los huevos con las mismas cosas y gritando lo maricones que éramos. Él sí que era un maricón, no tocaba a su mujer porque le daba asco, es lo que ocurre cuando no le prestas atención, se ponen a comer para aliviar la soledad y acaban gastándose la paga en el casino. Yo estoy con el cabo Thomson, solo follan en las fechas señaladas, quizá aniversario o navidad; pero aún así es un polvo mediocre. Por eso el sargento viene a jodernos la vida cada mañana, tocarle los cojones al recluta se ha convertido en su sexo, y literalmente, porque ese hombre nos sodomiza cada día.



Que le follen a Kubrick o a Eastwood. Lo único que han hecho a sido subirle los humos al jefe, incluso excusarle y darle nuevas ideas y frases. Cada día llega con sus pantalones ajustados y comienza la danza de ingeniosas frases para dejarnos en ridículo. Lo peor es que algunas son jodidamente graciosas, pero si se nos ocurre reírnos nos caerán las babas del perro y quizá algún día de aislamiento o castigo en la cocina. Eso es lo peor, se inventa unos castigos dignos de una puta plaga egipcia, se cree el maldito mesías y no se le ocurren otras cosas como limpiar retretes con cepillos de dientes o dejarnos firmes en la bandera durante todo el día. Lo último se lo hizo al recluta Paris, le colocó un sombrero idiota y le hizo dar vueltas a la pista cantando una canción homosexual de una rubia que estaba cañón. Ahora le llamamos "Lucky Star".

Busca excusas para jodernos la existencia. Cada mañana nos despierta firmes, tenemos que estar al pie de la cama en cuanto de la orden, si alguien se retrasa, la justicia divina caerá sobre él. El cabrón viene cada día a una hora diferente, 6:05, 6:25, 5:46; por lo que tenemos que estar atentos cada mañana y despertarnos los unos a los otros, para estar pendientes, nos convertidos en preppers de la vida nocturna. Para joderle la vida al viejo hemos ensayado en secreto una coreografía para levantarnos de la cama a la vez y que no pueda castigarnos a ninguno. Son tres sencillos pasos: 1. Ponerte boca abajo y el pie izquierdo en el suelo, 2. Dar un giro sobre nosotros mismos con el pie izquierdo como apoyo y 3. Incorporarse firmes delante de la cama. Una danza acompasada que duraba exactamente tres segundos.
Serían las seis menos diez de la mañana cuando me dieron en aviso, habían escuchado quizá la puerta de villacandado abrirse y era mejor estar despiertos. Me giré para despertar a Lucky y lo vi sonreír mientras dormía. En aquél lugar no sonreías así, nos reíamos de los chistes de Clark o de las bobadas de Allen, pero nunca sonreíamos de aquella manera tan real y verdadera. No le desperté, no quería cortar el sueño que producía aquella preciosa sonrisa en su rostro. Mal. Escuché un estallido en la puerta del barracón y la dulce voz del sargento gritando como mil perros "¡ARRIBA!". 1, vamos Lucky despierta; 2, estás boca abajo, aún te da tiempo; 3, lo siento tío. 

No volvimos a ver a Paris.

miércoles, 24 de julio de 2013

Poesía Nupcial

Cae Bella Mujer en el invierno eterno
sujeta al mar de flores que inunda el mundo
vuela, del este, al mugriento infierno azul
despedaza  Marte y llega hasta mí
vuela desde el oeste al infierno rojo.
No es posible tanta belleza
marcados brazos con tinta y dolor
vagina húmeda con los años
piel blanca limón
ojos perdidos y buscadores
manos amasadoras de fortuna;
tú que buscas el pasado agrietado
que buscas el mar de flores anhelado
que anhelas  atestar de flores el mar.
No caigas en el invierno perpetuo
cae sobre mi falo, que llora la espera
cae encima nuestro, hagamos el amor
imaginemos que llueven gritos y
rugen las gotas; mantengámonos
así, unidos por un trozo de carne,
violenta danza nupcial que nos susurra.
Me quieres arrancar la piel y yo
quiero dártela
me arrancas los gemidos indescifrables
abro la boca y no me reconozco.
Te quiero dar toda mi piel y tú
quieres arrancármela
suspiros entrecortados nacen de tu ser
oníricos gemidos arquean tu espalda
erudita del sexo, lo prácticas por diversión
tus pezones rasgan el universo
crean portales cósmicos, agujeros negros,
que nos transportan a lugares
donde solo se concibe el placer
no existe la muerte, ni la vida.
La pequeña muerte me corea
cuando todo mi amor surge desde mis entrañas
tus ojos buscan los míos sin fortuna
no entramos dentro de nosotros
,queremos volar y nos sujetamos,
cada movimiento crea un espasmo
cada espasmo un suspiro
sonreímos como  idiotas,
idiotas, sí, enamorados.

lunes, 1 de julio de 2013

Punto y coma

Las leyes de la física son aplicables al mundo onírico de los seres humanos. Estamos aparte en este mundo cruel y natural, como un pegote masticable de maiz en una ensalada salvaje. Aún así, la brutalidad del destino erigió la vida en el agua salada de los mares y años de evolución nos han llevado al trono de la tierra; somos los amos y señores del mundo y, por ende, las reglas que lo rigen se nos son aplicadas.

 Acción y reacción o lo que es lo mismo, con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria,  es decir que las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto: yo te pego una bofetada, tú te enfadas. Años de investigación me han llevado a postular una modificación válida para esta ley, una no acción también provoca una reacción o lo que es lo mismo, no hacer nada también puede ocasionar una reacción igual y equivalente.


Igual que un dedo empuja una ficha de dominó y esta empuja la siguiente, una no acción puede empujar una sucesión de hechos -lírico o prosaico, así como emocional o material- que respondan con una reacción hacia la no acción. Todo esto suena un poco soberbio.

Un servidor aquí presente se ha valido de mil años de experiencia en recibir reacciones provocadas por no hacer nada. Le echaba la culpa a la mala suerte, una nube negra y malévola que sobre vuela mi inocente vida con la única misión de lanzar rayos peluquérrimamente sutiles y desapercibidos que causaran la desgracia de la no realización personal y la ausencia de la non grata felicidad. Sinceramente, me ahogo en un vaso de agua, me preocupo demasiado por cosas sin importancia y las que sí la tienen, no les presto la atención adecuada. Como millones de personas al igual que yo, no me siento cómodo con el gentío, solo con un grupo reducido; no me gusta conocer gente nueva y odio realizar ese rito satánico que tanto está de moda, desde tiempos inmemoriables, que es el salir de fiesta a alcoholizarse con el simple propósito de pasarlo bien. Esto, damas y caballeros, me pasa factura, no sé socializarme y por tanto no sé mantener una relación constante con los que me importan, antepongo la novedad del momento a lo que lleva años junto a mi, provocando un fallo del sistema. ¿Por qué me ocurré esto? Francamente, creo que he madurado y he empezado a realizar varias cosas a la vez, a tener varios propósitos, a pensar en varios elementos importantes en mi vida -creo yo- a la vez; esto provoca una evasión de mis pretéritos proyectos y de mis pretéritas amistades y, por tanto, causan una despreocupación total y ejecutora.
Esto ocurre porque tengo un pensamiento diferente, así como una manera distinta de hacer las cosas, supongo que es errónea, pues me trae problemas, pero mi diminuto cerebro no es capaz de cambiar y pienso que no hay que preocuparse por ello, que no hay que mandar un sms o hacer una llamada porque, simplemente, no pienso que haya consecuencias, no pienso en que esa no acción puede provocar una reacción que acaba jodiéndome sobremanera las relaciones que tengo.

Tengo que aprender a manejar los dos lados de balancín para tenerlos equilibrados.